lunes, 10 de marzo de 2014

Al Hospital de Cruces. Inmejorable




Mi eterno agradecimiento a todo el personal de ginecología  y obstetricia, al de la UCI y 2ª planta del Hospital de Cruces. Tengo la imperiosa necesidad de hacer público el inmejorable trato que hemos recibido tanto mi familia como yo por parte de todo el personal de este hospital después de vivir un mal sueño en algo que debía ser tan hermoso como la llegada al mundo de un nuevo miembro. No me caben los inmensos y eternos agradecimientos que me acompañarán para siempre, y nunca olvidaré a la anestesista Carla, que gracias a ese error con la anestesia, todo ocurrió en el hospital, gracias a Dios (sé de tu preocupación y decirte que eres una profesional estupenda y que si alguna vez vuelvo a repetir, espero volver a coincidir contigo) Cómo no acordarme de Rosa (anestesista), y sus continuas visitas a mi cama para ver cómo estaba y animarme; de las ‘gines’ Naroa, Mari Mar, Haizea, Marta..., que estuvieron al pie del cañón durante muchas horas y siempre con buena cara para no preocuparme. Del doctor Burgos, quien, aunque le tenía por ser un tipo rudo y un poco borde, supo tratarme con el cariño y tranquilidad que necesitaba; a mi enfermera favorita Amaia Orbegoitia, que vaya charletas nos dábamos, ¿eh?. A Juani, que tuvo la rapidez de colocarme una vía sin perder el tiempo, a Rosa María Martínez... A todas las enfermeras (me es imposible acordarme de todos los nombres, pero os recuerdo a todas); a mis matronas Karmele de la Iglesia (por tu preocupación e interés) y Luisa, que sé la carita que se te quedó cuando te lo contaron, gracias por ese parto tan estupendo e inolvidable que me diste. A todo el personal de la UCI por el trabajo tan encomiable que realizan y por tratar de hacerme el tiempo más corto en ella. A Santi, el supervisor de enfermería, por su interés y deferencia hacia mí. A la auxiliar Marga y todas sus compañeras; al personal de limpieza... En fin, a todo el mundo aunque no sea capaz de acordarme de los nombres. Y como no podía ser de otra manera, mi especial agradecimiento a mi ‘gine’ Julio Moreno Domingo, quien aunque no estuvo presente en cuerpo, sí lo estuvo en alma y pensamiento, por tranquilizar a mi marido y por estar siempre pendiente de todo. Gracias, Julio. Nada más, sólo reiterar que por vuestro buen hacer hoy puedo disfrutar de mi familia, marido e hijos y que, por cosas del destino, nunca olvidaré la fecha de mi cumpleaños.

VANESSA TRINIDAD (Cartas al Director. El Correo 10/03/14)

1 comentario:

Anónimo dijo...

Trabajaba en Cruces cuando te ocurrió todo ésto y tengo que decir que nos marcó mucho a todos los que lo vivimos...