Si se puede concretar en una sola herramienta todos los pros y todas la dificultades que se puedan imaginar en una herramienta TIC, esa es sin duda la Carpeta de Salud
La carpeta de salud es una herramienta muy potente que ha sido creada por Osakidetza (en otros Servicio de salud existen sus equivalentes con sus diferentes matices) y que permite al paciente acceder a toda la información sobre su salud que haya sido generada en Osakidetza en forma de documentos. Puede consultar, e imprimir, los informes de alta, de la urgencia, los informes de las pruebas complementarias (de imagen, de anatomía patológica, etc.), las analíticas, su tratamiento activo tanto crónico como agudo, etc.
Puede servir como un diario de la evolución de los datos de salud del propio paciente, aportar informes externos a Osakidetza, acceder a información de interés tanto de prevención como sobre patologías, etc.
Pero no solo eso, también se puede gestionar sus próximas citas, conocer la lista de espera quirúrgica y un capítulo casi desconocido: se puede instaurar una vía de comunicación con su médico de A.P. a través de la Hª Clínica quedando integrada esta información en la misma historia (es como un correo electrónico desde, y dentro, de la misma historia). Para ello, debe cursarse una petición por parte del paciente y una respuesta afirmativa de aceptación por parte del profesional.
Y a buen seguro se irán implementando nuevas e interesantes prestaciones a la herramienta que aporten valor añadido al paciente y al profesional.
Es decir que tiene todos los pros que se le pueden pedir. Es un buen producto que según las normas del mercado debería arrasar. Pero ¿cuál es la realidad de esta herramienta?
A fecha 16 de febrero de 2017, la cifra oficial de la propia Osakidetza respecto al número de personas que acceden a la carpeta de salud es de 43.000 personas. Pueden parecer muchas, e incluso durante un momento podemos hasta sentirnos satisfechos, pero esta cifra supone que tan solo el 1,98% de la población de toda Euskadi han accedido a la herramienta. O planteado a la inversa, el 97-98% de la población ni está ni se le espera en la herramienta.
¿Y por qué?
Es evidente que la ciudadanía desconoce la existencia de la herramienta. Por tanto, es necesario un despliegue de comunicación, no más intenso, que también, sino con una estrategia diferente que sea motivadora y ponga de manifiesto el potencial y el valor añadido de la herramienta.
Pero al desconocimiento se unen las dificultades de acceso:
Solamente se puede acceder con
- certificado digital (muy pocas personas poseen un certificado digital, a lo que hay que añadir los múltiples conflictos que se están generando entre los certificados digitales y los distintos navegadores, o los problemas con las actualizaciones de java, etc.)
- Un juego de barcos (que como suele ser habitual en estos casos, uno sabe dónde lo ha guardado el primer día pero que tiende a “esconderse” con suma facilidad).
Es cierto que los datos son muy sensibles y por tanto la seguridad en el acceso debe ser estricta, pero también hay que ser consciente de lo disuasorio de estas medidas para una difusión generalizada entre la ciudadanía. También nuestros datos bancarios son ultrasensibles y su acceso es mucho mas sencillo.
Por tanto las estrategias para que esta, magnífica, herramienta, se difunda de forma más generalizada entre la población, deben abordar un trabajo dirigido a solventar ambas dificultades